Mis amigos...

lunes, 28 de junio de 2010

Esa noche llovía

Esa noche llovía. Se había acostado más tarde que de costumbre. Como a las tres, se levantó para ir al baño. Iba como siempre, descalza. Escuchó un ruido extraño que parecía provenir del patio de atrás. Tal vez fuera el gato del vecino o alguna rata. Era raro que la perra no ladrara. No había encendido las luces para no despertarse del todo, pues era casi seguro que pasaría toda la noche en vela pensando y pensando -siempre lo mismo- acerca de la rutinaria vida que llevaba. Trató de volver a la cama, tanteando en la oscuridad.
Fue entonces cuando lo vio,  justo en medio del pasillo, frente a la estufa. Mejor dicho lo presintió, porque lo que se dice ver, no veía nada. Pero parecía un hombre alto, quieto, acechándola. Por un segundo pensó que era muy tonta por asustarse de esa manera. De pronto pisó con el dedo gordo del pie derecho algo que crujió y que era a la vez frío y pegajoso. Y ahí nomás pegó un grito y retrocediendo, dió media vuelta y se dio de lleno con el canto de la puerta, cayendo como una bolsa de papas, para terminar desparramada en el piso frío de baldosas rojas.
Cuando abrió los ojos, tirada en el suelo, muerta de frío y dolorida por los golpes, ya era de día. Frente a la estufa estaba el toallón que colgaba de la puerta del ropero, y que ella había colocado la noche anterior ahí para que terminara de secarse.  
Y entonces la vió, casi al lado de su oreja izquierda: una enorme cucaracha negra aplastada.

6 comentarios:

  1. Se murió de nada, como quien diría.
    En la oscuridad y la imaginación, creamos nuestros fantasmas.
    Saludos querida Maribe.

    ResponderEliminar
  2. Fantasmas las pelotas. Si llego a ver una cucaracha, te juro que soy capaz de batir el record olímpico de salto en alto. De veras. Yo agarro los sapos y les doy besos, agarro víboras, lagartos, arañas y cualquier bicho que ande por ahí. Pero cuando intervienen las cucarachas, es para mí una verdadera historia de TERROR!!!. Felicitaciones, me gustó el cuento. Saludos de,

    Ivan Tchakoff
    alias El Chalero Solitario

    ResponderEliminar
  3. Hola MB.

    Ey, que buen relato.
    Más suspenso... me hice pa peli por un momento.
    Lo del personaje, la noche lluvios y la cucarachita... ¿te sucedió realmente?

    Exigimos una respuesta.
    O habrá más cucarachas.
    Y parecerá un accidente...

    D.

    ResponderEliminar
  4. Hola Pherro:
    Es cierto, el miedo puede hacernos ver cosas que en verdad no están ahí! Sobre todo en la oscuridad...la solución sería encender la luz, no?


    Hola Ivan alias Chalero:
    Una cucaracha viva es asquerosa, imaginate con todos sus juguitos saliéndose por sus costados! Puaj! =S

    Mmmm, tampoco agarraría ninguno de esos bichos que nombraste! Já!



    Hola D.:
    Mirá, si esto me hubiera sucedido a mí (sobre todo lo de pisar descalza una cucaracha), todavía estaría gritando! No puede haber bicho que me de más asco!

    Cuando era chiquita sí tenía miedo a la oscuridad...bueno, también a cualquier bicho...

    Y no amenace Sr. Crónicas con más cucarachas! No sea cosa que se las mande a su blog para que le salten desde el monitor y Ud. sabrá que no fue por accidente! Jajahajajah!




    Muchas gracias y saludos cordiales para todos!

    ResponderEliminar
  5. Nooooo! no hablen de cucarachas que me dan terror, no por favor.


    ,)

    ResponderEliminar
  6. Malqu:
    Las cucarachas, y más las negras, son asquerosísimassss..

    Saludos!

    ResponderEliminar

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails