Mis amigos...

martes, 24 de abril de 2012

Llegaron visitas!!!


Este último tiempo he estado un poco alejada del blog. El motivo es que estoy disfrutando de mis tres nietitos, Emma (dos años) y Santino (10 meses), hijos de mi hija mayor que está viviendo en tierras aztecas y que han venido de visita, y de Josefina (6 meses), que vive con sus papás, muy cerquita de mi casa. 

Para quienes no los conocen, aquí se los presento:


Emma

Santino

Josefina

Emma y Santino

Josefina conmigo el día de su Bautismo














jueves, 12 de abril de 2012

12 cambios en el cerebro conectado


Predecía ya Isaac Asimov la web que tenemos, que tendríamos conexión permanente en algún momento a enormes librerías a las que podríamos preguntar cualquier cosa, librándonos de la pesada memorización de muchas cosas. Un artículo en Online college nos lo recuerda, además de resumir mucho de lo que hemos dicho aquí o he podido encontrar en otras fuentes (que voy enlazando) sobre los cambios en nuestros cerebros que todo ello comporta:

1. Internet se convierte en nuestro disco duro externo, el lugar en el que almacenamos muchas de las cosas que antes solamente podíamos memorizar. Son varios los estudios que confirman la idea. En algunos casos se demuestra que se trata de un proceso casi consciente y derivado de la pereza cognitiva que nos caracteriza: si sabemos que van a guardarse los datos solemos tomarnos muchas menos molestias en memorizar las cosas. Números de teléfono, direcciones postales o de email son ejemplos claros de ello.

2. Con todo ello cambia la forma en que aprendemos y los recursos que antes dedicábamos a memorizar cumplen hoy otras funciones.

3. Relacionado con lo anterior, Internet se convierte en nuestra memoria transactiva, nos resultará, según los estudios de Sparrow y otros/as, más fácil recordar los  procesos por los que que llegamos a las cosas, los caminos que seguimos desde Google para encontrarlas que las cosas en sí.

4. Aumenta la capacidad de Multitarea como adaptación o distracción. No sabemos si Google afecta a nuestra atención (Carr) de forma temporal o permanente pero sí que tendemos a realizar cada vez más cosas a la vez.

5. Nuestro coeficiente intelectual está aumentando con el tiempo. No sabemos si gracias a la tecnología o a pesar de ella pero nos vamos volviendo más inteligentes como especie. Y todo ello, añadiría, como individuos pero sobre todo también como colectivos.

6. Somos cada vez mejores  a la hora de filtrar información, de determinar su relevancia.

7. Nos estamos volviendo físicamente adictos a la tecnología, llegando a registrarse temas de “craving” (síndrome de abstinencia) por la estimulación recibida. La dopamina que generan nos hace sentir aburridos cuando no podemos usar los gadgets, dificultando la atención en otras tareas y la desconexión completa. Estudios de esta misma semana apoyaban la hipótesis de que la adicción a las TIC activa los mismos circuitos que adicciones a sustancias.

8. Cuanto más utilizamos internet, más se activa nuestro cerebro:  Lo probaba Gary Small cuando ponía a prueba a internautas con experiencia en una batería de preguntas y monitorizaba su actividad cerebral. Se registraba más actividad, especialmente en cuanto a toma de decisiones y solución de problemasm, en el grupo de internautas activos que en los que no lo eran.  Repetía la prueba a los seis días, en esta ocasión con los nuevos habiendo navegado una hora diaria en internet. Pues bien, en 5 horas, las que habían pasado conectados, sus cerebros ya mostraban cambios. La investigación sirve desde 2007 para mostrar que Internet cambia circuitos neuronales.

9. Nuestros cerebros tienden a buscar nueva información de forma constante: Diversos tests en Stanford indican que los  multitaskers, como muchos usuarios de internet, tienden a menudo a superponer a informaciones más antiguas y valiosas las novedades. Clifford Nass en Stanford observa cómo en lugar de focalizar la atención en cosas importantes tendemos a distraernos con cualquier novedad, como mensajes en redes sociales, email entrantes, etc.

10. Exploramos, más que leemos información de forma lineal: aparecen nuevas formas de lectura, más rápidas, de detección de elementos de importancia más que de lectura exhaustiva. Aparecen nuevos patrones de lectura, como el que nos dice que leemos en F, que comentábamos el pasado verano.

11. El pensamiento Online puede trasladarse a lo offline, favoreciendo que aparezcamos distraídos y sin foco si no sabemos desconectar del todo.

12. Posibles problemas de creatividad: Algunos expertos piensan que la memorización es necesaria para la creatividad, que cualquier brainstorming acude a conocimientos previamente almacenados en nuestras memorias y puede ser menos efectivo si almacenamos las cosas online.
Desde luego es mal momento para permitirnos el lujo de perder nuestra capacidad de innovación, así que si tenemos problemas al respecto, nada mejor que mejorar nuestras habilidades mediante cosas como el The Original Memory Gym.
¿Se os ocurre algún cambio más?










Fuente

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