Esto está aburridísimo. Se ha cortado la luz por la tormenta y no puedo usar la computadora. Como hace calor adentro nos hemos instalado en el quincho. Llueve suavemente y el ruidito de las gotas de lluvia sobre el techo resulta relajante. La verdad es que estaba bastante fastidiada por no poder pasar en limpio lo que había escrito, pero en fin, son cosas que suceden. Por lo menos estamos callados y no hemos empezado a discutir como lo hemos venido haciendo últimamente. Yo sigo escribiendo todo ese montón de cosas que surgen en mi cabeza y tú estás sentado en la otra punta de la mesa, leyendo. De pronto me preguntas:
- ¿Qué haremos para la cena?
- Pues yo no tengo hambre, ya sabes que estoy haciendo dieta…
- Perdón, me expresé mal, no pregunté qué cocinarías…quería invitarte a que vayamos a cenar a un lugar muy bonito que inauguraron hace poco, aquí, en el pueblo…
Dejé mi anotador a un lado, muy despacio: ¿estaba enarbolada tu bandera blanca o había entendido mal?...
Y encontré esa mirada tuya, tan…Esos ojos me llegaron hasta el alma…Me decían tu desespero, tu angustia, tus ganas de arreglar las cosas...
-Si tú quieres,…pues vamos…
Sabía que iba a ser difícil la noche, pero alguna vez alguien mayor me dijo que si quieres construir algo bueno y duradero con otra persona, si habia una pelea, siempre tenías que dejar que se enfríen un poco las cosas y después hablar, hablar, hablar hasta llegar a un acuerdo en que ninguno de los dos sintiera que perdía, pues si así sucedía, ninguno de los dos habría ganado.
Menos mal que la tormenta había pasado...
Me alegro que la tormenta haya pasado.
ResponderEliminarLos buenos consejos sirven si llegan a tiempo y son utilizados.
hablar hasta que ninguno sienta que ha perdido. Es verdad yo también lo uso.
ResponderEliminarNo te preocupes, es mejor dejar que todo se calme para después enfrentar la situación.
ResponderEliminarPaciencia la clave.
Saludos.
Ha vuelto a suceder. Hasta que ninguno sienta que ha perdido demasiado
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