¿Sabes a dónde vas?

¿Sabes a dónde vas? ¿Tienes una dirección en tu vida? 

Muchas veces nos pasamos la vida quejándonos de las situaciones que nos tocan vivir, sobreviviendo lo mejor posible y sin una dirección clara de hacia dónde vamos o, mejor aún, hacia dónde queremos ir. 

Si no queremos que al final sintamos que hemos vivido una vida que alguien, o bien las circunstancias, han escrito por nosotros, es importante que clarifiquemos nuestros objetivos de vida. 

Si te pasas todo el día de mal humor sin motivo, triste, desganado, y te sientes frustrado por la vida que llevas, ten en cuenta que si haces siempre lo mismo, obtendrás siempre los mismos resultados. En la insatisfacción puede estar la semilla de una vida mejor. 

Buscando las causas

Observa tu vida ¿Hay algo en ella que no te gusta? ¿Es algo concreto que quizás podrías cambiar o todo en general? Quizás te preguntas a veces: ¿Y esto es todo? ¿En esto consistirá mi vida hasta el final? O puede que a veces tengas la sensación de no estar viviendo tu propia vida, de que no eres el auténtico protagonista y creador, sino un mero actor. 

Quizás te lamentas de no poseer una gran pasión por la que luchar, cuando estás rodeado de ellas y las tienes al alcance de tu mano. Vuelve tus ojos a lo que dedicas tu tiempo libre. ¿Por qué no vivir de lo que te gusta? 

Pregúntate ¿Qué soñabas hacer de tu vida? En la infancia y en la adolescencia nos atrevíamos a darle forma en nuestra mente a la vida que algún día viviríamos. Hasta que la inercia del día a día y el hecho de considerar todo desde el punto de vista práctico hicieron que olvidemos esos proyectos más personales. No cuesta nada volver sobre ellos y reconsiderarlos desde nuestra actual perspectiva. Quién sabe si ahí está la clave. 

A veces, podemos descubrir lo que queremos a través de una "corazonada" que nos hace ver los cambios que necesitamos para sentirnos mejor, como una voz interior que nos dice "Por allí, por allí...!"

Revisa tu currículum. Puede que seas un experto en muchas cosas a las que les has dedicado gran parte de tu vida, por puro placer o por diferentes circunstancias, que pueden ser muy útiles en tus futuros proyectos. 

Es necesario que permanezcas atento a las oportunidades que aparecen en tu vida continuamente, para no dejarlas pasar. En pos de eso, cambia tu manera de ver los problemas: piensa que cada dificultad es una chance para empezar algo nuevo y, por qué no, mucho mejor. 

Cómo llevar a cabo tu proyecto

Una vez que tengas claro tu camino a seguir, pasa a la acción. 

Rodéate de personas que compartan y apoyen tu proyecto, para que no se desvanezca como una simple fantasía tuya. Busca apoyo moral y las conexiones necesarias para hacerlo realidad. 

Sé valiente. Se necesita valentía para aceptar que lo que hacemos hoy no es lo que queremos seguir haciendo, así como para tomar las riendas de la situación y disponerse a realizar cambios. A veces será necesario tomar riesgos y otra veces, dejar ir cosas a las cuales te habías acostumbrado. 

Prepárate a conciencia. Si es necesario, inscríbete en cursos o incluso vuelve a la universidad, aunque creas que ya ha pasado tu momento para ello. A veces se trata de un proceso a largo plazo, como construir un edificio ladrillo a ladrillo. 

Encuentra tu camino y sé fiel a ti mismo

Muchas veces se establece en nuestro interior una dicotomía: Una parte del Yo nos dice "acepta y disfruta lo que tienes", mientras la otra parte se plantea ¿Es ésta la vida que yo me he marcado, o sólo las circunstancias? ¿Puedo diseñar mi vida como yo quiero y luchar por eso que anhelo? 

El desafío es conciliar ambos planteamientos y establecer el verdadero proyecto personal.

Basado en el libro: "¿Qué debo hacer con mi vida?" de Po Bronson