Apenas...

Apenas faltan dos semanas para el comienzo de la Primavera. El jardín de mi casa ya se ha llenado de abejas y algunas mariposas amarillas: los ciruelos están llenos de flores blancas, y sus ramas las muestran provocativamente a los insectos. Aún no ha comenzado la época de lluvias, pero ya se siente en el aire el perfume de las flores que poco a poco van apareciendo. Todos los árboles están llenos de brotes a punto de estallar en una fiesta de verdes.

Quisiera contagiarme de esa fuerza vital que anda rondando las sierras para sentirla corriendo por mis venas.

Veo que todo volverá a renacer e irremediablemente el ciclo volverá a producirse, pero todavía el invierno no se ha ido de mi alma. No sé bien por qué, pero una tristeza gris y persistente ha venido últimamente a instalarse en mis ojos, sin pedirme permiso...